Qatar 2022: el mundial islámico
Qué podemos conocer del primer país árabe musulmán en organizar una copa mundial de fútbol: entretelones políticos, alianzas, debilidades y fortalezas del pequeño país del Golfo.
Sus más de 11 mil km cuadrados albergan a Doha como su capital y comparten una sola frontera terrestre con Arabia Saudí, el hermano mayor de todos los países del Golfo nucleados en el Consejo de Cooperación del Golfo. Es un país de 2,9 millones de habitantes de los cuales 2,4 son extranjeros que llegaron al país a finales de los setenta y principios de los ochenta como mano de obra proveniente de India, Bangladesh Indonesia y Occidente. Qatar es una Babel de lenguas y dialectos.
Casi el 80% del país profesa el
islam sunnita y son muy pocos quienes profesan el chiismo, es decir los
seguidores de Alí. Es un dato muy importante para retener porque ayudará a
entender, en parte, la relación con Arabia Saudita, sus vecinos árabes e
Irán.
No fue hasta 1868 cuando la familia Al Thani logró, junto a los jeques catarís y con ayuda de los británicos, hacerse con el control de Qatar y terminar con el gobierno de Al Khalifa que era una familia de Kuwait que gobernaba desde siglos antes. Dentro de la familia hay, al menos, dos divisiones muy marcadas: una es pro-Arabia Saudita, que llegó al poder en 1972 con Khalifa Al Thani, y otra facción pro-iraní encabezada por el actual Emir que gobierna desde 2013
Al cargo de Emir solamente acceden
de forma hereditaria los miembros varones de la familia Al Thani y tiene
considerables poderes: entre otros, elige 1/3 de los miembros de la Shura (el
parlamento) y designa al primer ministro del país para proponer a los ministros
del emirato.
Estas divisiones entre pro saudís y
pro iranís se volvieron mucho más fuertes cuando Qatar comenzó a descubrir sus
pozos petroleros y dejó de ser una “provincia más” de Arabia Saudí. Qatar, a
partir de entonces, fue el hermano menor muy mal mirado y no por pocas razones
Desde su independencia en 1971 y
cuando era apenas un grupo de aldeas de pescadores, Qatar dependió de los
saudíes para abastecerse. Pero en esos años se descubrió Campo Norte, la mayor
reserva mundial de petróleo frente a su costa. Y la comparte con Irán, detalle
importante.
La angloholandesa Shell que hizo el
descubrimiento le vendió al gobierno qatarí por un bajo precio los derechos de
explotación. En esos días el gas se vendía a muy bajo precio y nadie parecía
estar interesado en explotarlo. Pero el emir de Qatar tenía un plan y comenzó a
trabajarlo.
Qatar desarrolló un plan para
exportar gas licuado, que en ese momento era una tecnología que apenas
comenzaba a desarrollarse. Consiste en bajar la temperatura del fluido a 161°
bajo cero para reducir su volumen y así exportar mayores cantidades en menor
cantidad de viajes
El otro secreto es su costo de
producción más bajo gracias a las inversiones de años anteriores, lo que le da
mayores márgenes de ganancias en sus exportaciones de 128 mil billones de m3
anuales de gas. O para manejar el precio con mayor soltura y soportar sus
variaciones.
Con el tiempo, Qatar fue ganando
porciones del mercado y llegado el año 2010 era el tercer exportador mundial de
gas y su capital era ya un centro financiero que competía con otras ciudades
árabes de la región. Y para ese momento, comenzaron los roces con los saudíes
Una de las cunas del terrorismo transnacional
El sistema político en la región y
las alianzas que se entrelazan ganan un importante peso en la región. En 2013
se firmaron los Acuerdos de Ryhad en el que Qatar, Arabia Saudita, Emiratos
Árabes Unidos, Bahréin y Kuwait se comprometieron a no dar asistencia a grupos
terroristas.
Aunque todos seguían haciéndolo,
saudíes y emiratíes denunciaron a Qatar por romper el tratado y dieron lugar a
la crisis del 2017, el año en que los príncipes del Golfo estuvieron cerca de
una escalada importante y que se extendió hasta 2021-2022 cuando las relaciones
medianamente se reestablecieron.
El hilo conductor en la acusación, a la que luego también se sumaron Senegal, Libia y Maldivas, es la relación de Qatar con los Hermanos Musulmanes. Nacidos en Egipto en 1928 bajo el liderazgo de Hassan Al Bana, se definen como un movimiento islamista que ha alcanzado el poder en Egipto en 2013
Este apoyo, rechazado por Emiratos
Árabes Unidos y Bahréin, permitió que Mohamed Mursi ganara las elecciones del
2013 en Egipto, pero fuera posteriormente derrocado por los militares. En los
países donde las han perdido, los miembros fueron expulsados y refugiados en
Doha
La crisis del 2017 llevó a la
imposición de un bloqueo y un enfriamiento de las relaciones diplomáticas con
Qatar hasta 2021 cuando muchas de estas medidas quedaron sin efecto. En esos
años, fue Irán quien entró en el juego para salvar a su socio en el Yacimiento
Norte.
Irán envió alimentos y manufacturas
que antes entraban en su mayoría por Arabia Saudita y le permitió usar su
espacio aéreo para mantener una vía de comunicación con el resto del mundo. Le
cobró 200 millones mensuales a Qatar, pero también la salvó de claudicar.
Si bien el bloqueo hizo caer el PBI
de Qatar y le produjo pérdidas por más de 40.000 millones de dólares, con el
tiempo demostró no tener efectividad para alinearla con los objetivos de sus
adversarios regionales. Por el contrario, Qatar reforzó sus alianzas externas
Por ejemplo, se acercó aún más a
Turquía, un adversario de los saudíes. Durante el bloqueo, Qatar autorizó la
instalación de 2 bases militares turcas con 5.000 soldados y se triplicó el
intercambio comercial. En 2020, Doha invirtió U$S 10.000 millones para salvar a
la Lira Turca.
Turquía también apoya a la Hermandad
Musulmana con base en Egipto, enfrentado con el gobierno egipcio y con Arabia
Saudita. Pero a su vez están aliados con Irán, lo que aumenta las tensiones
regionales. En el escenario de Medio Oriente, ninguna línea es nítida.
El bloqueo fracasó también por la
postura ambigua de EEUU, que tenía motivos para no afectar a Qatar: en ese país
se encuentra la base de Al Udeid, la mayor de ese país en Medio Oriente y en
cuya construcción el gobierno qatarí invirtió mil millones de dólares en 1996.
Qatar se percibe como un país poderoso, fuerte e importante
Al Udeid es la base para operar
incluso hasta el sur de Asia y tiene importancia estratégica en el control del
conflicto con Irán e incluso con el que mantiene con China. Otra base, la de Al
Sailiyah, completa el comando de coordinación de EEUU basado en Qatar.
La fibra óptica es indispensable
para la operatividad de la base porque permite planificar y ejecutar los
bombardeos de precisión (muy utilizados para la eliminación de objetivos
terroristas), actividades de inteligencia, vigilancia, reconocimiento y la
provisión de combustible.
Allí se han desplegado los
bombarderos B-52, cazas F-16, así como otras aviaciones menores para
reconocimiento y el abastecimiento. Es por esto por lo que la base cuenta con
la pista de aterrizaje más grande de Medio Oriente con una longitud mayor a los
3.700 metros.
En la base funciona también la sede
del Centro de Operaciones Aéreas Conjuntas desde el cual se planifican y
controlan las operaciones en Irak, Siria, Afganistán y otros países de la
región. Con 107km de cables de fibra óptica, se habla del centro de operaciones
más avanzado.
Para profundizar las poco nítidas
relaciones y el sistema de alianzas vamos a ver las incursiones de Qatar en sus
vínculos con grupos terroristas de la región y el hilo conductor hacia Irán,
uno de las que genera más tensiones e incomodidades con en sus vecinos.
Doha tiene vínculo con los talibanes
y ello le permitió hacer de mediador con EEUU para negociar el retiro, pero
también tolera la actividad dentro de su territorio de la organización Qatar
Charity denunciada como parte del circuito de financiamiento del Al Qaeda.
Pero a su vez, la buena relación con
EEUU hace que Washington le haya delegado su representación en Kabul. Junto a
la presencia de la base norteamericana y por ser un aliado extrarregional de la OTAN, puede
pensarse que están alineados firmemente con Occidente.
No obstante, el mismo país invirtió
en Roznet, la empresa estatal rusa de petróleo, no se sumó a las sanciones por
la invasión a Ucrania y se ofreció junto a Turquía para mediar en una salida
diplomática al conflicto.
Además, Qatar perdió dinero al
retirarse de Rusia empresas en las que es inversor, pero también lo ganó porque
vendió cantidades mayores de gas a Europa. Doha es amigo de todos y de nadie. Y
tiene una billetera tan grande que puede provocar sonrisas de todos, aunque los
fastidie.
El otro apuntado es el
financiamiento que Qatar provee al Frente Al Nusra, la peligrosa rama siria de
Al-Qaeda que combate desde 2012 a los grupos gubernamentales apoyados por el
presidente sirio, Bashar Al Assad, y a los esfuerzos complementarios de Irán y
Rusia.
El Frente (ahora denominado Hayat Tahrir
Al-Sham), según versiones de agencias de inteligencia de EEUU, recibió de Qatar
y de Turquía la asistencia logística, material y financiera. Esta versión fue
revalidada tras la detención de Issam Al-Hana, uno de sus líderes marroquíes
Al-Hana señaló al propio Jeque
qatarí, Khaled Suleiman, de ser quien financiaba al Frente con más de un millón
de dólares al mes, junto a otros patrocinadores externos en Turquía e Israel.
Sin embargo, la acusación del líder marroquí no había sido la primera ni la
única.
Qatar no se suma a las sanciones
contra Rusia, pero la afecta al resolver el problema del gas que Putin usa para
presionar a Europa. Pero eso no implica que sean adversarios porque, vamos
entendiendo, Qatar es un actor político que sabe quedar bien con todos.
La acusación llegó hasta el propio
Banco Islámico quien, según se afirma, contribuyó al soporte de Qatar Charity
para la financiación de Al Qaeda y otros movimientos violentos del Levante.
Este apoyo al terrorismo desde centrales financieras islámicas también tiene
larga data.
A mediados de la década de los
noventa, Bin Laden, el entonces líder de Al Qaeda, elogió a las entidades
qataríes por el apoyo a su causa que, años después, causaría los más de tres
mil muertos en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
El papel mediador de Qatar entre los
organismos internacionales y los grupos terroristas tampoco escapa a las
acusaciones sobre la financiación del terrorismo. Hay fuentes que señalan estas
mediaciones como el momento para transferir dinero bajo alguno de sus
mecanismos.
Su vinculación con Hamas, la facción
palestina que gobierna a puño de hierro la Franja de Gaza, también se solventa
a través de los flujos de ayuda humanitaria o de asistencia directa. Cada vez q
Hamas está por desmoronarse, el dinero qatarí fluye como una nueva bocanada de
aire.
La administración de Hamas en la Franja de Gaza está enfrentándose, día a día, a distintos problemas producto, entre otras cosas, de un fuerte déficit presupuestario y una constante situación de iliquidez en sus cuentas.La firma de un nuevo acuerdo con Hamas, que le asistía de combustible a través de Egipto, funcionaba como una suerte de terapia de shock. Para ese momento, los qataríes ya financiaban la planta de energía en Gaza y enviaban ayuda financiera a través de la ONU.
Qatar también se involucró en apoyo
a los rebeldes hutíes, la facción que le disputa el poder al gobierno de Yemen
y que a su vez es apoyado por la coalición liderada por Arabia Saudita y los
Emiratos Árabes Unidos. El otro apoyo a lo hutíes es Irán y aquí se complica el
panorama.
Su relación con Irán
La relación con Irán, como decíamos,
es un desencadenamiento de la clásica rivalidad entre chiitas y sunnitas que
hace a los conflictos de Medio Oriente. Irán, de mayoría chiita, no se integró
al bloqueo e interrupción diplomática de Qatar por el cuarteto sunnita.
La rivalidad que yace en el fondo es
entre Irán y Arabia Saudita, los dos polos reinantes del mundo islámico que
pujan entre sí para alcanzar el dominio regional. Qatar desde 2017 fue el
mediador entre Irán y países occidentales, como Estados Unidos, hacia el
programa nuclear.
Tras que Estados Unidos pidiera a
los países árabes el aislamiento de Irán por su peligrosidad nuclear, Qatar
ofrecido a Doha como punto de encuentro y para reforzar la relación con el
gobierno de Teherán con quienes comparten, además, intereses económicos.
Ambos países mantienen una fuerte
relación estratégica en materia de petróleo y gas, lo que los lleva a compartir
el yacimiento South Pars-North Dame, planteando una política exterior muy
distante con Estados Unidos quien se ha vinculado más a Emiratos Árabes y
Arabia Saudita.
Esto de mantener una política
cordial con Arabia Saudita, pero sin cortar los lazos (especialmente
económicos) con Irán, es una política también adaptada por Kuwait y Omán. Por
el bando prooccidental, liderado por los saudíes, la relación con Israel es
también importante.
Una pregunta que podría surgir es: ¿entonces por qué Qatar se anima a ese doble juego entre iraníes y saudíes? Porque se siente seguro al tener la base Al Udeid, su relación con los Estados Unidos y otros países occidentales y porque cree tener controlado el expansionismo persa. Si contrastamos el caso qatarí con el de Bahréin (que tiene el 70% de su población chiita), en Qatar ocurre a la inversa con un 80 o 90% de su población que profesa el islam sunnita. Por lo tanto, confían en que Irán no podría interferir como hace en Bahréin.
Vamos a lo importante: Qatar es el país con mayor ingreso por habitante del mundo. Su PBI de 181.000 millones de dólares se reparte entre 2,9 millones de habitantes, lo que da un ingreso per cápita de U$S 62.413. El más alto del planeta si se tiene en cuenta un dato demográfico: solo 300.000 ciudadanos tienen residencia legal y el resto son trabajadores temporarios dedicados a actividades que van desde las finanzas a la construcción. Si se reparte la riqueza entre los habitantes permanentes, el ingreso per cápita alcanza los 603.000 dólares anuales.
Pero el secreto de Qatar es haber creado un fondo soberano que hoy tiene un total de U$S 450.000 millones invertidos en todo el mundo. Esas inversiones, explican el peso global de este pequeño territorio y su rol dentro de los asuntos regionales. Revisemos esas inversiones. El fondo de Qatar, que no es privado sino estatal, invirtió en empresas como Shell, los bancos Credit Suisse y Barclays, Iberia, British Aiways, Tiffany &Co e incluso Miramax Films y en emprendimientos imnobiliarios como el Empire States de New York. Y el PSG de Francia.
Ademas invirtió en las tiendas Harrod´s de Londres, en la cadena de supermercados Sainsburys. A través de su empresa portuaria, QTerminals, planea invertir en puertos de EEUU y de Turquía. No es sólo un Emirato petrolero, es un país inversor. Pero además tiene un acuerdo para explotar el puerto ucraniano de Olvia por donde sale gran parte del grano de ese país. Es decir, la guerra en Europa también lo afecta directamente en sus intereses.
En 1997, Alemania negoció con Qatar la provisión de gas, pero al final ganó la oferta de Rusia por menores precios. Ahora Berlín negocia de nuevo con Doha para asegurarse una cuota de sus exportaciones y Turquía se prepara para ser el centro de recepción del gas licuado.
Qatar no se suma a las sanciones
contra Rusia, pero la afecta al resolver el problema del gas que Putin usa para
presionar a Europa. También a EEUU que busca vender mayores volúmenes de gas
licuado a Europa. Qatar tiene un pie en cada territorio y se preparó para ganar
en todos.
Si EEUU vende más gas, ganará por
las inversiones que tiene en yacimientos de ese país. Si lo hace Rusia, tiene
inversiones en Gazprom. Y por eso se lleva bien con todos y nadie lo ve como
adversario, excepto los saudíes.
Para hacer más extensa su alianza,
le compró aviones de combates a todo Occidente: 36 Rafale a Francia, 35 F15 a
EEUU y 24 Eurofighters al consorcio italoaleman británico. Todos aprecian q les
compren armas y les presten bases.Empezamos a entender porque el mundial es en
Qatar…
Pero además Qatar, a diferencia de
sus vecinos, no se queda en explotar sus recursos. Con su fondo de inversión
comenzó a operar pozos en Nigeria, Sudáfrica, Angola, Costa de Marfil, Chipre y
otras cuencas alrededor del mundo
El plan de Qatar es incrementar
hasta un 40% su producción para el año 2027 y encargó una flota de 75 metaneros
a los astilleros sur coreanos para abastecer a los mercados en el futuro. Vamos
entendiendo, Qatar es un actor político que sabe quedar bien con todos.
En Qatar no se permite el alcohol o
las relaciones entre personas del mismo sexo, pero Qatar invierte en empresas
occidentales que ejecutan acciones positivas contra la discriminación. Parece
un sinsentido, pero en esa ambigüedad estuvo siempre el secreto del éxito de
Qatar.
Porque existe una rígida observación
del islam, pero a la vez le otorga derecho a voto a las mujeres, no les prohíbe
conducir autos y si son extranjeras, no les obliga a usar velo. Incluso tiene
un distrito con iglesias de diferentes versiones del catolicismo. Pero rige la
Sharia
En este punto comienza a entenderse el trasfondo de la disputa entra Qatar y los saudíes y emiratíes por el otro. Está en los tipos de gobierno islámico que propone cada bando y el rol que tiene el estado, las familias poderosas, la religión y las alianzas que construyen.
Ahora algo sobre la red Al Jazeera q es parte del esfuerzo de propaganda de Qatar y q se posicionó como la central de noticias más importante de Medio oriente. Le permite controlar flujos de información respecto a lo que sucede en la región y lo q su región interpreta del mundo. Tras su fundación en 1996 por Hamad Al Thani, la cadena se convirtió en una amplificación del testimonio y la voz de los islamistas dando incluso lugar a que Bin Laden difundiera sus primeros comunicados.
En el conflicto árabe-israelí (como
su posterior desprendimiento palestino-israelí), ha dado una amplificación
mayor a las voces de Hamas y en 2019 ha señalado al pueblo judío y al Estado de
Israel “como el mayor beneficiario del Holocausto”.
En la pelea entre Qatar y el resto
se va definiendo el futuro del mundo árabe y la disputa llega a todos los
campos. Su elección como sede del Mundial de Fútbol es uno de los capítulos más
fuertes de esa disputa y se explica por el peso financiero q va cobrando el
pequeño emirato
La pelota comenzará a rodar en muy
pocas horas y el mundo será el espectador de un mundial atravesado por una
guerra, un mundo convulsionado y un país anfitrión en el cual nadie se anima a
predecir qué podrá ocurrir.
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