La silenciosa táctica del terror iraní en América Latina
El aterrizaje de aviones venezolanos-iraníes en tres países de la región encendió las armas y desnudó la falta de una coordinación de contrainteligencia regional.
La
República Islámica de Irán, el régimen teocrático cuya bestialidad fue exhibida
otra vez tras el asesinato de Mahsa Amini en manos de las brigadas morales, es
conocido por su exportación del terror a través de las tropas del IRGC y el cuerpo
de elite de las Fuerzas Al Quds, autores intelectuales y materiales de los
atentados contra la embajada de Israel en Buenos Aires en 1992 y AMIA en 1994.
América
Latina es el laboratorio del terrorismo transnacional
La
relación entre Irán y Venezuela es la base operativa del terrorismo
transnacional en América Latina por compartir algunas características que
llegarían a cubrir incluso la relación nuclear a través del uranio. Esta
región, además de estar sometida a una vulnerabilidad política y un deterioro
económico, continúa manteniendo altos índices de antisemitismo que se acrecientan
cada vez que escala la tensión entre Israel y Hamas.
Ambos
países comparten el ser objeto de sanciones internacionales:
el régimen iraní es sancionado por su programa nuclear bélico mientras que
Venezuela es por la represión, crímenes de lesa humanidad y la violación a los
derechos humanos.
La
relación entre ambos se inició en el 2005 en medio de los avances autoritarios
del chavismo y la consolidación de Irán como una potencia nuclear que Israel y
Estados Unidos debían enfrentar. El país caribeño fue de acogida para el
expresidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, y posteriormente se transformó en el
nexo por el cual Argentina habría firmado el Memorándum de Entendimiento con
Irán en 2013.
Los
vínculos extrarregionales de Irán llegan a una América Latina diezmada en su
economía y en sus instituciones, mostrando unas democracias frágiles y sin
sostenimiento por parte de los partidos políticos. El terrorismo
transnacional, al igual que lo hacen los grupos criminales organizados, logra
entrar en sociedades cada vez más pobres, con los tejidos sociales fracturados
y en colectivos de personas muy vulnerables a las palabras de los clérigos
extremistas.
La compañía aérea Mahan Air, de
capitales iranís, es una aerolínea sancionada por el Departamento de Estado de
los Estados Unidos (bajo las sanciones OFAC) por la utilización de fachadas
comerciales para proveer de armamento a zonas de guerra (Siria y Yemen) o a
Hezbollah en el Líbano. Gracias a las sanciones, no son pocos los países que
han impedido el aterrizaje de estas aeronaves para no ser alcanzados por las
sanciones que luchan contra el financiamiento del terrorismo transnacional. Gracias
a la investigación OSINT, es posible afirmar que Irán, por intermedio de la
aerolínea Fars Air Qeshm, ha trasladado a miembros afganos de las brigadas Fatemiyoun
del IRGC en un vuelo con ruta Teherán-Damasco.
La
réplica venezolana
En
Buenos Aires, Argentina, el aterrizaje de un avión iraní con tripulación
venezolana y persa despertó un debate político y mediático en un país que ha
sufrido en carne propia el terrorismo islamista en 1992 y 1994.
El
entramado que desnudó el avión no solo fue el del mal funcionamiento de los
servicios de inteligencia argentinos, sino también una sospecha de que
Venezuela puede estar imitando las maniobras evasivas de Irán: crear
fachadas comerciales para evadir las sanciones y profundizar sus alianzas
políticas e incluso militares. Sería por esta razón que el régimen de
Nicolás Maduro creó en el 2020 una empresa del estado, bajo el formato de una
sociedad anónima, denominada Empresa de Transporte Aerocargo del Sur, S.A. (Emtrasur).
La
primera particularidad de Emtrasur es que, a diferencia de cualquier otra
aerolínea nacional de otro país, opera desde la Base Aérea El Libertador y
en su hangar adyacente se encuentra el de la Empresa Aeronáutica Nacional S.A que
es donde, entre otras cosas, se ensamblan los drones que Irán exporta como
tecnología militar a Venezuela. Esto, a priori, nos permite orientar la
primera pregunta: ¿el objetivo de la alianza aérea entre Venezuela e Irán es el
transporte estratégico de largo alcance evitando las sanciones internacionales?
Hay
que recordar que partir de septiembre, el régimen iraní comenzó a proveer de la
misma tecnología de drones kamikaze a las tropas rusas que los utilizan con los
civiles en Ucrania llegando a atacar a los judíos de la sagrada ciudad de
Umán en el último Rosh Hashaná.
En
segundo lugar, los nexos entre la reciente creada Emtrasur y Mahan Air comenzaron
formalmente en 2021 cuando, a través de un leasing operativo, ambos países
llegan a un acuerdo para incorporar un Boeing 747 que era operado por los
iranís desde el 2007, pero que tardaría hasta febrero del 2022 en aterrizar en
Venezuela y convertirse en la aeronave con matricula YV3531.
Desde
que el escándalo con Argentina se inició en junio y hasta este momento, ha sido
desmentida la supuesta compra de la aeronave y por lo que se supone la
operación bajo un leasing operativo en donde Venezuela alquila la aeronave y la
tripulación que efectivamente es iraní. Para sumar sospechas, Emtrasur no
cuenta con una página web oficial, no figura su número telefónico ni tampoco
posee cuentas en redes sociales como cualquier aerolínea del mundo.
El
tercer aspecto para destacar son las rutas que la aeronave cumplió entre febrero
y junio cuando llegó a visitar 32 destinos distintos repartidos entre Rusia,
Bielorrusia, Serbia, Pakistán, Paraguay y Argentina. Las reiteradas
conexiones entre Teherán y Moscú exhiben que las rutas comerciales imitan las
alianzas políticas de los Ayatollah.
Las
rutas y las conexiones de las aeronaves
El
14 de mayo de 2022, la aeronave BOEING 747 YV3531 3B3M de EMTRASUR aterrizó en
Ciudad del Este, una de las ciudades señaladas como foco
del terrorismo islámico y el crimen organizado por su pertenencia a la Triple
Frontera, con una tripulación compuesta por 7 iraníes y 11 venezolanos.
Tras
hacerse con un cargamento de 755.000 dólares de una tabacalera ligada al Grupo
Cartes, un ex presidente de Paraguay acusado de corrupción, la aeronave despegó
rumbo a Aruba el 16 de mayo. Las preguntas que aquí surgen son dos: primero,
¿el reducido margen de ganancia justifica un trayecto tan largo y con los
costos que implica movilizar un Boeing 747? Y, en segundo lugar, quizás lo que
mayor impacto produjo, ¿qué hacían los tripulantes en Ciudad del Este, uno
de los focos del terrorismo y crimen organizado más conocidos de la Triple
Frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay?
Hablar
de terrorismo en América Latina es también hablar de narcotráfico, por eso es
prudente conceptualizar una zona gris en donde conviven los grupos terroristas
transnacionales (como Hezbollah que se encuentra en la Triple Frontera mencionada
anteriormente) y los grupos de crimen organizado. El gobierno de Paraguay sostiene
que los 19 tripulantes fueron escoltados en Ciudad del Este por Santoro Vasallo
que es miembro de la organización comandada por el uruguayo Sebastián Marset que
es señalado por comandar el narcotráfico en la hidrovía y de la autoría
intelectual del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci en Colombia el 10
de mayo.
De
confirmarse la hipótesis del gobierno paraguayo, habría una conexión entre los
tripulantes venezolanos e iranís que se trasladaban en la aeronave YV3531. Santoro
Vasallo se habría ocupado del traslado y la reserva de los alojamientos en el
Hotel Dazzler de la ciudad paraguaya.
El
aterrizaje que terminó de escalar política y mediáticamente el escándalo ha
sido en Argentina durante el 6 al 8 de junio cuando parte desde la ciudad de
Querétaro, México, con un cargamento de autopartes que debía aterrizar en el
aeropuerto Ministro Pistarini de Ezeiza, Buenos Aires, pero finalmente debió hacerlo
en la provincia de Córdoba por el mal clima.
Una
vez aterrizado en la capital argentina, la aeronave se vió imposibilitada de
cargar combustible gracias a las sanciones OFAC por lo que permaneció 48
horas en el aeropuerto y despegó el día 8 de junio con destino a Montevideo sin
considerar que recibiría la negación para aterrizar en suelo uruguayo y que
debería retornar a Buenos Aires donde quedaría finalmente detenido.
Para
entonces, el gobierno argentino se enfrentaba a un asunto internacional muy
sensible y con serias implicancias: a pesar de que el país mantiene las alertas
de Interpol contra cinco ciudadanos iraníes acusados por el atentado a la AMIA,
aterrizó en el país una aeronave con tripulación persa y sobre la cual Paraguay
le había advertido a Argentina que la aeronave pertenecía a Mahan Air y que
está indicada por sus nexos con el terrorismo.
La
aeronave y la tripulación permanecieron 48 horas en Buenos Aires sin ningún
tipo de medida de seguridad adicional que supondría el tratamiento de una
situación semejante. La negativa a cargar combustible correspondía
a que las petroleras, incluida la compañía estatal argentina YPF, podrían ser
también sancionadas por Estados Unidos.
Algunas
fuentes periodísticas señalan un incidente aún no aclarado: las compañías
petroleras YPF, SHELL Y AXION habrían afirmado que el Ministerio de Seguridad
de la Nación solicitó que abastecieran de combustible a la aeronave sin
importar ser alcanzado por las sanciones OFAC. Aunque desde el Ministerio de
Seguridad niegan esta versión, cabe mencionar que el actual ministro de
seguridad de la nación es Aníbal Fernández quien era también funcionario del
gobierno de Cristina Fernández de Kirchner al momento del asesinato del Fiscal
Alberto Nisman horas antes de presentar su denuncia por encubrimiento y
traición a la patria contra Fernández de Kirchner.
El
retorno de la aeronave a Buenos Aires tras ser denegado por Uruguay hizo que la
Dirección Nacional de Migraciones de Argentina dispusiera la retención de los
documentos de la tripulación dando intervención así a la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
No es claro porque el gobierno argentino actuó 48 horas después habiendo
tenido la alerta de Paraguay y de otras agencias de inteligencia extranjeras.
El
11 de junio se filtró la primera lista de la tripulación compuesta por 11
venezolanos y 7 iraníes y una segunda lista en la cual la información no
coincidía: cinco nombres de iraníes no figuraban en la segunda lista y tres
nombres iraníes solo aparecen en la segunda. Sin embargo, en ambas listas había
un nombre que se repetía y que figuraba también en la lista que había aterrizado
en Paraguay: Gholamreza Abbas Ghasemi.
Las
Fuerzas Quds lograron aterrizar en Buenos Aires
El nombre de Gholamreza
Abbas Ghasemi coincidía entonces con el de un miembro de la IRGC y de un administrador
de Fars Air Qeshm, la otra aerolínea persa señalada por el traslado de
municiones y armamentos, algo increíblemente negado por el ministro de
seguridad, Aníbal Fernández, quien habló de que el Ghasemi que se encontraba en
Buenos Aires era un homónimo.
Finalmente,
la evidencia permitió corroborar que Ghasemi no solo era parte de los Quds sino
que el vuelo de emtrasur YV3531 escondía algo todavía irresuelto: tras semanas
de suspicacias, sospechas y con un insólito plazo impuesto al juez de la causa
para que en 10 días resuelva la situación judicial de la tripulación y la
aeronave, las pesquisas en el teléfono celular de Ghasemi arrojaron fotografías
vinculadas a IRGC, Quds, imágenes de soldados, misiles, armas, tanques de
guerra y un letrero que indicada “muerte a Israel”. Además, los peritos
encontraron un mensaje aterrador que decía: “si molestan, avisa y los matamos a
todos (…) hacemos un genocidio” que provino de otro piloto que había
hecho el viaje a Paraguay. Además, en el expediente judicial se menciona a
una persona de nombre Naghi como el responsable de concretar la amenaza.
A pesar de la amenaza de matar a
todos y hacer un genocidio, la justicia argentina permitió sorpresivamente
la salida del país de los tripulantes del avión que ya se encuentran en
Venezuela. La causa judicial continúa dado que para el juez el indicio no
permite declarar la falta de mérito, pero no es creíble que la investigación
sea exitosa al considerar que Irán nunca ha entregado a los acusados de explotar
la AMIA, ha burlado las circulares rojas de Interpol y, como si fuera poco, ni
el país persa ni Venezuela tienen convenio de extradición con Argentina.
El piloto Ghasemi dejó el país con
una foto donde se lo ve haciendo los dedos en V, una simbología muy típica en
Argentina que identifica la frase “hasta la victoria siempre” y que es
apropiada por las agrupaciones kirchneristas y seguidores de Cristina Fernández
de Kirchner.
Chile:
la ruta de Conviasa
Las aeronaves
vinculadas a la alianza entre Venezuela e Irán también llegaron a Chile, país
vecino gobernado por Gabriel Boric, un presidente abiertamente antisemita que
rechazó las credenciales del embajador de Israel y que se ha manifestado
públicamente a favor de la militancia palestina.
El 6 de abril Chile y Venezuela
firmaron un memorándum de entendimiento para ampliar el espectro aerocomercial y
el 22 de junio a las 14.30 hs aterrizó una aeronave Airbus A340 provenientes de
Caracas y operada por Conviasa (otra compañía aérea venezolana sancionada por
el Departamento del Tesoro de Estados Unidos) con la matrícula YV3533.
El
caso de Chile es, quizás, más grave: primero porque firmó un memorándum de
entendimiento con una compañía sancionada y porque más tarde permitió el
aterrizaje de una aeronave cuya compañía se encontraba indicada e investigada
en Argentina y en Paraguay por actividades ligadas al terrorismo.
El avión permaneció, según fuentes
oficiales, pocas horas en suelo chileno y se desconoce el propósito del vuelo
como también la identidad de la tripulación y los pasajeros… ¿puede haberse
cometido el mismo error en tres países distintos?
Resulta
muy llamativo también que la misma aeronave YV3533 había realizado diversos
vuelos a Teherán, incluyendo a la comitiva que trasladó a Nicolás Maduro y su
comitiva, sumando también otras rutas a La Habana, Caracas y Moscú. Hasta los
primeros días de octubre, se pudieron contabilizar cinco vuelos que cubrieron
la ruta Santiago de Chile y Caracas.
Lo que resta conocer en Chile es
lo siguiente: ¿qué cantidad de equipaje traía la tripulación y pasajeros que
ocupaban la aeronave YV3533 que aterrizó en Chile? Y también ¿qué contenían ese
equipaje?
La política
intrusiva de Irán en América Latina se transformó en una trama muy compleja que
conecta los intereses políticos de la teocracia islámica y que ha ingresado en América
Latina que es un territorio adverso para la lucha contraterrorista. Quedan
muchas preguntas sin contestar en un tema sensible y con muchas implicancias.
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