Marruecos-Israel: una alianza táctica en los Acuerdos de Abraham
Una política exterior pragmática y los intereses perpetuos se descubren gracias al paso de los Acuerdos de Abraham en África, donde la actual normalización de las relaciones entre Israel y Marruecos configura un nuevo reparto del poder más equilibrado y define las tensiones latentes dentro del mundo árabe.
El presidente israelí, Isaac Herzog, felicitó a la selección de futbol de Marruecos por su logro en el país de Qatar al llegar a la semifinal de la Copa del Mundo por primera vez en su historia y despertó los festejos en Tel Aviv en apoyo a la selección africana. En los días del Janucá, los Hanukiyá se iluminaron en Emiratos Árabes Unidos y marcaron el ritmo de la integración de la normalización entre árabes e israelíes.
Los Acuerdos de Abraham, firmados en 2020 entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, nunca fueron ni serán un fin en sí mismo sino el medio por el cual el reparto de poder se vuelve más equilibrado y en donde las alianzas se configuran sobre los intereses perpetuos que cada uno de los actores tiene. El reino de Marruecos, de una larga y compleja relación histórica con el judaísmo, mantiene vivo esos acuerdos gracias a la cooperación estratégica y sobre dos premisas muy nítidas: ganar el apoyo para la cuestión del Sahara y posicionarse como el hegemón de la región por sobre Argelia, el histórico vecino rival.
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