Estructura criminal de la Sacra Corona Unita
Estructura criminal de la Sacra Corona Unita
Pino Rogoli, como fundador de la SCU, representa una figura muy relevante para entender la evolución y, especialmente, la estructura de la organización. Desde la creación de la SCU, Rogoli ha ejercido un papel como líder de la misma oscilando en momentos de mayor y menor relevancia pero manteniendo siempre su función de símbolo y referente.
Poco tiempo después de su fundación,
la SCU se dividió en numerosos clanes locales; principalmente por las ciudades
de Lecce y Bríndisi. Esta fragmentación se debió, en primer lugar, al deseo de
establecer relaciones con otros grupos con los que llevar a cabo actividades
ilícitas y, en segundo lugar, a la necesidad de renovar los jefes o capi
de la organización, a raíz de conflictos internos (dentro de la organización) y
externos (con la policía).
De esta manera, la SCU se fundamenta
en una estructura piramidal y jerarquizada, ya que a cada miembro de la
organización le corresponde cierto grado de responsabilidad en función de su
cargo. Esta estructura coexiste con la autonomía local de los diversos clanes,
los cuales actúan de manera independiente. Dicho de otra manera, la estructura
de la SCU se encuentra centralizada y se basa en el principio de subdivisión
territorial. Los dos principales objetivos que la SCU busca con esta
estructuración basada en la subdivisión territorial son, por un lado, definir
el campo de acción de cada grupo, estableciendo así una coordinación entre
ellos y evitando conflictos internos; y, por otro lado, conseguir una mayor
penetración en el territorio
En este contexto, el analista Manuel
Ángel Chao Rodríguez, concluye que la estructura de la SCU se encuentra
jerarquizada en tres niveles
La estructura jerarquizada de la SCU
es mucho más flexible que la de las otras mafias italianas; en particular, la Cosa
Nostra. En la SCU existe una mayor familiaridad entre los distintos niveles
jerárquicos, lo cual permite al jefe de zona dirigirse directamente a los
niveles más bajos de la estructura al no haber intermediarios que obstaculicen
las comunicaciones directas entre todos sus miembros
Como
ya se ha mencionado, es posible ascender dentro de la organización de los
grados más bajos a los más altos con el transcurso del tiempo. El picciotto,
nivel más inferior de la organización, debe mantener este grado durante, al
menos, seis meses, antes de ascender al siguiente grado; el de camorrista,
para lo cual deben cometer un homicidio por encargo de sus jefes. A partir de
este nivel, los siguientes ascensos requieren un período de un año, además de
una ceremonia de bautizo en cada uno de ellos. Asimismo, para ascender de camorrista
al siguiente nivel, sgarro, son tres los asesinatos que deben
cometer los miembros que deseen alcanzar tal grado dentro de la organización
El ascenso a un grado superior en la
organización, denominado movimiento, capriata o tirata, se lleva
a cabo a través de un ritual con el objetivo de fortalecer los vínculos de los
miembros dentro de la organización. En este contexto, el siguiente grado que
pasaría obtener el sgarro es el de crimine. Este movimiento se
concibe como una recompensa por parte de los miembros pertenecientes a los
niveles más superiores para los miembros más destacados entre los niveles
inferiores por su actividad criminal. En definitiva, se puede decir que el
hecho de poseer las dotes más altas es sinónimo de garantía de prestigio y
respeto dentro de la organización, además de una posición de responsabilidad en
su gestión
3.1. Características
Las principales actividades
criminales se basan en el contrabando, el tráfico de tabaco, el tráfico de
drogas, de armas y la gestión fraudulenta de residuos tóxicos. Asimismo, la
agrupación opera fuera de Italia en los Países Bajos, Alemania, Suiza y Albania
Al igual que el resto de las mafias
italianas, las características principales en la SCU también son su enorme
grado de independencia a la hora de actuar y la predominancia característica
del poder territorial como forma de controlar las actividades ilícitas y
delimitar de forma clara las zonas de operación de cada una de ellas. Sin
embargo, puede hablarse también de algunas características únicas que definen a
esta organización: Primero, el componente de la familia como una forma
organizativa y de control de la agrupación a través de los vínculos afectivos y
reforzando a su vez el vínculo con las tradiciones locales de cada región en
donde la organización nace y se desarrolla. Se establecen vinculaciones dentro
del clan que incorpora patrones de conducta y organizativos similares a los de
cualquier familia: La prevalencia de un grupo que de forma unida se defiende
frente a un entorno hostil, exprimiendo un especial énfasis en el honor como
insignia familiar y castigando fuertemente la traición y a todos aquellos que
hayan ido en contra de los valores familiares.
La SCU encontró, desde sus orígenes,
un fiel reflejo en la familia Belloco que ha tenido, como se ha indicado, un
paso importante por las actividades criminales del sur de Italia y la Apulia,
como también, el rol carismático e importante de Giuseppe Rogoli quien se
encuentra encarcelado desde 1981 tras ser condenado por homicidio. Esto
demuestra, además de la preeminencia de la familia, que la Sacra Corona Unita
ha construido su poder sobre un personalismo carismático y de importante
centralidad que crea, a su vez, un sistema de reparto de poder estructural que
se torna endeble cuando la máxima autoridad o il capobasto caen en
prisión o mueren y los distintos mandos se disputan su reemplazo.
La segunda de las características
predominantes es la búsqueda del poder a través de la implicación en
actividades delictivas organizadas como las mencionadas anteriormente, o bien,
a través de la compra de voluntades y corrupción de funcionarios públicos
-pueden ser políticos o judiciales- para ampliar las zonas de actuación y
conseguir la impunidad de sus actos. Al igual que otras organizaciones
criminales, la Sacra Corona Unita no busca la confrontación directa con la
organización estatal ni la implantación de un estado fallido, sino, busca una
relativa coexistencia pacífica con los poderes públicos y privados. Uno de los
elementos más propios de la comúnmente conocida “protección” es lo que se
conoce como pizzo y el cual la sociedad civil ha enfrentado a través de
la iniciativa Libera Terra.
Sobre la forma en la cual la Sacra
Corona Unita construye su poder cabe destacar, a su vez, que la edificación de
un poder propio a través de una propia estructura normativa, un ritual de
inicio y un propio código de honor hace que se desconozcan las reglas oficiales
-o las instituciones oficiales- del Estado. El propio poder de la organización,
como en la formación del estado de naturaleza, se crea a partir de la violencia
y aprovechando las distintas realidades sociales que Italia presenta y buscando
promover un orden social alternativo. Como se ha dicho, cabe resaltar que la
organización criminal no busca confrontar directamente con las estructuras
estatales oficiales sino una coexistencia pacífica implantando un estado
paralelo y buscando aprovechar los errores del Estado italiano.
Asimismo, el respeto y la reputación
basados en el miedo y la extorsión y no por un reconocimiento honesto. Al igual
que el resto de las mafias italianas, participar en las estructuras
organizativas criminales garantiza a la persona una suerte de reconocimiento y
reputación dentro de la sociedad y eso favorece, a mediano y largo plazo, la
incorporación de nuevos criminales a través del reclutamiento.
El territorio es uno de los
atributos esenciales que define la participación de la Sacra Corona Unita en el
sur de Italia ya que puede participar en el control territorial de los
esperados ilícitos mencionados anteriormente y puede, también, participar en la
compra de voluntades previas a la elección para desviar el sentido de los votos
de las personas.
Por último, la característica
fundamental que de alguna forma sintetiza los elementos anteriores y marca un
rasgo distintivo en la SCU es el honor. Quienes participan en estas estructuras
criminales se consideran a sí mismos como “hombres de honor” que participan en
la estructura conforme a un código de ética y los valores internos de la
familia mencionados. Una de las particularidades del código de honor es la omertà,
que se podría traducir como el pacto de silencio, y es la fidelidad de no
declarar hacia afuera nada de lo que sucede puertas adentro de la organización.
Otra de las buenas conductas reglamentadas hacia adentro de la organización es
que tanto las propiedades de la familia como las esposas de los hombres de
honor son intocables.
Como se ha visto, para que pueda desarrollarse de forma armónica las características propias de la organización criminal de la SCU en Italia y mantener las actividades criminales, se debe componer una estructura esencialmente piramidal donde se suprime todo tipo de iniciativa particular por parte de los miembros para actuar por fuera de las estructuras y cumpliendo taxativamente todas las indicaciones que vienen desde arriba hacia abajo. En caso de incumplimiento o violación de algunas de estas normas o reglamentos de conducta es la muerte el castigo predilecto.
Existe, no obstante, una característica particular que define a la organización y su estructura y es que su naturaleza es propia de aquellas sociedades secretas de naturaleza criminal. Esto refuerza, aún más, los sentidos de secretismo y poder que articulan dentro de la asociación ya que no podrán ser parte de ella quienes no puedan garantizar ese secreto y quienes tampoco puedan, de esa forma, velar por los valores y tradiciones familiares mencionadas al principio. Es interesante destacar también que este código de honor, que transita de forma transversal a la organización criminal, implica el veto automático a policías, personas con cargos y exposición públicos, como también, criminales de acceso carnal a mujeres, menores y ataques contra la integridad sexual.
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